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Cómo superar un reto: grandes lecciones de vida y empresa aprendidas en GeneradorES CocaCola

Casi por necesidad nos vimos formando un círculo a las puertas de un jardín que tras 65 horas de batalla ninguno de nosotros tuvo tiempo de pisar.

Con el sol de media tarde como único espectador, cada uno de los GeneradorES tuvo su momento para hacer un primer balance de una aventura que todavía no había dejado de sacudirnos y que no lo haría hasta bien pasados unos días después.

Recuerdo que cuando acabaron las intervenciones todas las miradas apuntaron hacia mí. Me sentí en la obligación de poner el broche final con un cierre que al menos estuviera a la altura de lo vivido durante los últimos cuatro días. Antes de entrar en la casa tenía muy claro lo que iba a decir cuando llegara ese momento pero la realidad es que no pude.

Habían pasado dos días desde que habíamos tomado la difícil decisión de cancelar toda la agenda prevista ante las dificultades que nos estábamos encontrando. El reto y la responsabilidad era enorme y ninguno de nosotros quería perder la oportunidad de demostrar que había otro modo de hacer las cosas y que 25 jóvenes podían cambiar un país trabajando codo con codo en un tiempo record.

Respiré hondo, miré por un instante a todos y cada uno de ellos y lo único que pude decirles fue:

“Chicos, estoy vacío… vacío porque os hemos dado todo para ayudaros a conseguir superar este gran reto y porque solo así podremos llenarnos con todo lo que hemos aprendido de vosotros. ¡Mil millones de gracias!”

Y no era para menos.

25 jóvenes, 65 horas, 5 retos para cambiar España… y muchas lecciones aprendidas

Que el reto iba a ser mayúsculo era algo que todo el equipo teníamos muy claro antes de empezar esta aventura. Pero lo que ninguno imaginábamos es que estos 25 agitadores del cambio iban a empezar a cambiar el mundo cambiándonos a nosotros para siempre.

Y lo hicieron porque entre otras cosas fueron capaces de llevarnos a una situación límite que desde el primer momento nos puso a prueba, y con nosotros a “El Plan del Héroe” y sus herramientas.

El resultado se traduce, además de en cinco fantásticas propuestas innovadoras y reales, en numerosas lecciones de las que hoy destacamos y compartimos dos. Lecciones de vida que lo son también de empresa ya que podemos trasladarlas a cualquier reto empresarial o de negocio.

Si tu reto es salvar el mundo no lo conseguirás

No se puede salvar el mundo de un día para otro, igual que tampoco puedes transformar tu empresa o tu proyecto personal en un minuto. Cuanto antes lo aceptes mejor te irá.

Por muchas ganas, empeño y pasión que pongas en ello simplemente te darás cuenta de que no lo puedes hacer y que solo la consecución de pequeñas pero grandes victorias será lo que quizás algún día haga que puedas salvar el mundo o mejorar tu empresa. Esto es algo que se vivió intensamente durante la gran aventura de GeneradorES.

No es fácil encontrar a 25 jóvenes sobradamente preparados que desborden pasión y entusiasmo. No es fácil encontrar a 25 agentes del cambio convencidos de que pueden (y ya lo están haciendo) cambiar el mundo. Pero lo que sobre todo tampoco es nada sencillo es gestionar sus emociones cuando a la hora de abordar los retos tuvieron que elegir quién iba a ser concretamente el beneficiario o beneficiarios de tanto esfuerzo.

Recuerdo a los integrantes del grupo de igualdad e inclusión social. Todos sus miembros venían con una historia y más de una mochila a cuestas sobre el tema por el que iban a pelear.

Era tanta la responsabilidad que sentían por cambiar lo que ellos habían vivido en el pasado que su principal handicap fue elegir dónde debían poner sus esfuerzos. Especialmente cuando descubrieron que tratar de salvar a todos, tratar de salvar al mundo, simplemente iba a ser un fracaso porque las necesidades de unos y otros eran muy diferentes entre sí.

Ese mismo reto es al que se tiene que enfrentar un profesional cuando debe elegir dónde poner su FocoFocoFoco, o lo que es lo mismo, cuando debe elegir qué cliente y necesidades va a satisfacer y a cuáles forzosamente debe decir NO.

Y no es precisamente una decisión sencilla. Sobre todo cuando he podido vivir en innumerables ocasiones que el no saber decir que NO es la principal razón del fracaso de la gran mayoría de las propuestas empresariales y personales que se lanzan ahí fuera.

Así que hazte un favor y sigue estas recomendaciones:

  1. Asume que NO puedes salvar a todos de la noche a la mañana y quítate esa presión innecesaria que no te dejará avanzar.
  2. Aterriza tus retos hasta que representen problemas o beneficios esperados concretos y acotados.
  3. Elige tu FocoFocoFoco en función de cómo tus competencias o las competencias de tu empresa pueden ser aprovechadas para satisfacer ese reto. Y recuerda que elegir significa saber decir que no.
  4. Acepta que solo conseguirás cambiar el mundo o tu empresa como resultado de muchas pequeñas pero grandes victorias a lo largo del tiempo.
  5. Disfruta del camino y de la lucha porque esta batalla no tiene final.

¿Colaboración? Bizarros sí, pero no líderes

“Hay que tener la dosis equilibrada de ego para dejar espacio, y al mismo tiempo para defender una idea en un momento dado.”

Eran las palabras de Belén Atienza que sin saberlo ponía el acento en una de las grandes dificultades a las que nos estábamos enfrentando: la colaboración y el trabajo en equipo. Dificultades que eran un reflejo exacto de lo que ocurre en el mundo real cuando alguien lucha por superar un reto empresarial.

Teníamos 25 diamantes organizados en cinco equipos que ellos mismos se encargaron de crear poniendo en valor sus habilidades, aficiones e intereses. Cinco equipos en los que no era extraño presenciar apasionadas e intensas conversaciones que consumían sin piedad las 65 horas que teníamos para cumplir nuestro objetivo.

Poco importaban las exigentes directrices de tiempos que marcábamos para romper esos bloqueos y que son una de las claves de El Plan del Héroe. Poco importaba incluso que cada equipo contara con una persona responsable de controlar y exigir el cumplimiento del tiempo dedicado. El reloj seguía con su cuenta atrás y el ritmo de avance era más lento de lo deseable.

¿Qué estaba ocurriendo? ¿A qué se debía ese enfrentamiento sano pero ineficiente y constante? La respuesta, al igual que la solución, estaba delante de nosotros.

Cuatro de los cinco equipos contaban con grandes líderes:

  • Líderes por competencia personal, es decir, líderes innatos capaces de empujar y guiar de forma apasionada, pero que enfrentados a un igual dinamitan sin quererlo el progreso y la colaboración como grupo.
  • Líderes por conocimiento, que son aquellos que conocen y han vivido tanto el reto por el que se lucha que sin quererlo se convierten en el freno automático de las propuestas lanzadas por el resto de miembros del equipo, guiando de forma inconsciente todas las propuestas hacia la idea preconcebida que hay en sus cabezas.

Lo importante es ser consciente de que ambas situaciones son igualmente peligrosas y pueden dar al traste con el mejor de los equipos. La buena noticia es que para ambas situaciones existen soluciones. 

La primera y más evidente solución es crear de inicio equipos compuestos por luchadores bizarros, o lo que es lo mismo:

  • Personas apasionadas e involucradas con el reto.
  • Personas valientes, decididas y esforzadas, dispuestas a asumir el fallo.
  • Personas generosas, colaborativas y sin fuertes competencias de liderazgo.
  • Personas con competencias complementarias que sumadas cubran todo lo necesario para abordar con éxito el reto.

El resultado será un equipo comprometido alrededor del reto en el que la colaboración ágil surgirá y se incrementará de forma natural cuando se le acompaña del método y las herramientas correctas.

En caso de que la primera solución no sea posible, o nos encontremos de repente en una situación como la descrita anteriormente, la solución pasa por aprovechar la potencia de El Plan del Héroe y convertir a los líderes o expertos en villanos (bravo Antonio Domínguez).

No hay nada que refuerce tanto el sentido de afiliación y pertenencia como encontrar un villano contra el que luchar.

De este modo tomamos la propuesta o propuestas dominantes que generan bloqueo, y la convertimos exactamente en la propuesta que debe mejorarse o superarse. A partir de ese momento los defensores de dichas propuestas pasan a convertirse en “expertos asesores” y junto con el resto de integrantes se lucha por encontrar el modo de batirlas.

El resultado es que ahora sí todas las partes tienen un papel clave en el equipo enfocado con el objetivo perseguido. Un papel que les hará colaborar y que reconoce el valor de todos los implicados.

Fighting!

Así que ya sabes. Si tuviera que resumir en dos titulares algunas de las grandes lecciones de vida y empresa aprendidas en GeneradorES te diría, si quieres superar un reto empresarial:

  1. Forma un equipo de valientes y generosos bizarros, no de líderes, apasionados por dicho reto y con competencias complementarias.
  2. Asume que no puedes salvar el mundo y pon todo tu FocoFocoFoco en tratar de vencer la pequeña batalla que te toca librar mañana sin perder la visión sobre lo que quizás puedas hacer pasado mañana.

Solo así conseguirás cambiar el mundo. Pero no como resultado de una idílica victoria, sino como la suma de pequeñas grandes batallas que empiezan por cambiar a los que luchan en ellas. Y sin duda esa ha sido y es la gran magia de GeneradorES Coca-Cola.

Una magia que no solo ha conseguido tocar a los 25 GeneradorES que participaron en ella, sino a todos los que en menor o mayor medida lo dimos todo y nos vaciamos para después poder llenarnos.

Por todo ello, por vuestro esfuerzo y pasión, y por haber demostrado con creces que hay otra manera de hacer la cosas… ¡mil millones de gracias!

¡Vamos allá!

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