El Plan del Héroe Lean Startup
Validar no mola
Como sabéis con el lanzamiento de los nuevos tableros de la fase acción, el Tablero de Acción y las Fichas de prueba, estoy observando algo realmente curioso. Una paradoja en toda regla.
Lo que marca la diferencia entre la generación de ideas y un proceso de creación de propuestas valiosas y reales, es sin ninguna duda la validación de hipótesis con clientes reales.
Lo he podido vivir en muchas ocasiones, una de las últimas en el programa de AGOS Ducato. El Comité quedó impresionado con los resultados. Textualmente dijeron: “¡Es la primera vez que nos presentan propuestas validadas!“.
La paradoja está en que la fase de acción o validación es la que estoy observando que menos interés causa en la gente. Es la que más se valora pero al mismo tiempo la que mayor percepción se tiene de que sea algo complementario y accesorio.
Mediáticamente pasa algo similar. El impacto de un artículo o una noticia que hable de creatividad o de generación de ideas es infinitamente superior a uno que hable de validación.
En ello sin duda veo una oportunidad, pero no por ello deja de resultarme curioso.
¿Qué pensáis?
¿Percibís esta realidad como la expreso?
¿Cuáles creéis que pueden ser la razones de ese “rechazo” o falta de interés?
Gracias a todos por dar vuestra opinión!
Comentarios
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En mi opinión, puede ser por la reacción somática que se produce.
creatividad o generación de ideas: sólo hablar de ello nos eleva, visualizamos más colores, nos surge entusiasmo. Además de ser conceptos que desde pequeños hemos escuchado y archivado como “buenos” y “divertidos”.
Validación:
Simplemente el término, suena a examen, a cuestionar si algo es bueno o NO. Incertidumbre. Sumando la falta de experiencias positivas que adquirimos en el colegio sobre el “feed back” de trabajo, o incluso en casa.
En mi opinión, la acción o validación, de forma mental lo visualizamos hacia abajo, gestionando se esa información desde otras área del cerebro. Despersonalizamos el concepto, lo hacemos ajeno. Y eso: da pereza y no nos interesa.
Sería interesante cambiar la palabra, para que pueda asociarse a experiencias positivas.
Gran comentario Rebeca. Conciso y sobre todo acertado en mi opinión.
Tienes mucha razón en tu análisis, lo que me lleva a pensar que es necesario seguir evangelizando sobre la parte oscura y más oculta del emprendimiento, la innovación y la generación de propuestas.
El día que desmitifiquemos el fracaso conseguiremos que una prueba fallida sea una buena noticia y no una mala. Especialmente porque nos habrá ayudado a ahorrar tiempo y dinero. Es más, esa es precisamente una de las métricas que manejamos actualmente: cuántos errores catastróficos has dejado de cometer y cuánto tiempo y dinero han supuesto potencialmente de ahorro.
Gracias por participar Rebeca!
Fighting!